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Pandemia: ¿serán suficientes las medidas que tomó el gobierno?

Ayer la directora Médica del Hospital Vera Barros, Silvana Ocampo, visiblemente angustiada confesó que en los próximos días es posible que tengan que elegir que paciente internan y a cual no. Con las nuevas medidas: ¿qué expectativa tiene el gobierno de reducir la movilidad, para que bajen los contagios? Un índice que publica Google muestra que en La Rioja viene descendiendo la concurrencia de las personas a lugares de esparcimiento, pero en ascenso a supermercados, transporte y lugares de trabajo. Es el momento de las decisiones difíciles, en medio de la grieta, el odio y la desinformación.

En la misma conferencia de prensa donde se anunciaron las nuevas medidas, el ministro de Salud Juan Carlos Vergara aseguró que aunque “suene duro” hay que evitar el contacto humano para bajar el nivel de propagación del Covid 19. El jefe de Gabinete Luna Corzo pidió expresamente “no juntarse en familia” y repudió las fiestas clandestinas, a las que calificó como un acto delictivo, que atenta contra la contención de la pandemia.

Si bien no se informaron los datos oficiales de movimiento ciudadano con los que cuenta el Gobierno y cuál es la meta u objetivo que se intenta alcanzar con las medidas, el índice de movilidad de personas que publica Google muestra que las actividades de esparcimiento están en descenso en La Rioja. Sin embargo el transporte y las actividades laborales denotan un crecimiento en cuanto a concurrencia de individuos.

Google utiliza el sistema de ubicación de los teléfonos celulares para elaborar estadísticas de concurrencia a diferentes lugares que tiene identificados y los agrupa según actividades sociales y/o económicas. Para la elaboración de la estadística Google calcula una media de la concurrencia de 5 semanas anteriores a un lugar determinado y establece un valor de referencia. Luego lo compara con la afluencia de personas en un día y forma un porcentaje de variación, que va configurando una tendencia de movilidad.

El último informe del 7 de abril, muestra una tendencia a la baja del -12% en la concurrencia de las riojanas y riojanos capitalinos a restaurantes, bares, cines y comercio en general excepto los esenciales. Justamente en el caso de supermercados, almacenes y farmacias de ciudad de La Rioja, la movilidad de personas viene mostrando una tendencia a incrementarse del orden del 25%.

La concurrencia a los lugares de trabajo también muestra una tendencia en alza del 12% y otro dato muy importante que Google también releva, es una tendencia en crecimiento en las terminales o lugares relacionados al transporte público o intercambio de pasajeros en toda la provincia. Si bien este razonamiento surge de un indicador actual negativo del 10% para estos lugares, sin embargo, se puede notar que el crecimiento en la curva estadística. Puesto que los valores negativos rondaban el 30% o 40% a fines de marzo para los mismos sitios.

Decisiones difíciles: el debate en el seno del Gobierno

Puertas adentro, minuto a minuto, el debate sobre las medidas que se toman o no para limitar la movilidad social entre el equipo de gobierno es intenso. No es para menos, cada disposición nueva puede afectar a cientos de personas que integran sectores económicos, que disminuyen su actividad o directamente que no la pueden realizar.

Sobre todo en los casos del trabajo informal y cuentapropistas que constituye un voluminoso sector de la sociedad. La muestra más cabal de esa situación fue constatada el año pasado, cuando el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) alcanzó a más del 22% de la población.

También algunas medidas podrían afectar un sin número de actividades que constituyen la vida social, fundamental para el desarrollo comunitario. En ese sentido Luna Corzo aclaró durante el anuncio que no hay ningún interés de cercenar las libertades y que el único objetivo es evitar el peligro que corre el sistema sanitario.

Trascendió que dentro del Gobierno, luego de más de un año de pandemia, hay varias posiciones diferentes sobre cómo encarar el aumento de contagios. El abanico es amplio, algunos funcionarios piensan que las medidas tienen que ser mínimas para afectar lo menos posible la economía, sin embargo otros, sobre todo los más cercanos a Salud, creen que el colapso del sistema es inminente y que si no se frena la movilidad social podríamos desembocar en una “catástrofe humanitaria”, confesó una fuente consultada por Medios Provincia.

El año pasado el pensamiento en el arco de funcionarios parecía ser más homogéneo. Pero a un año de la pandemia hay muchos más matices. Es difícil asumir que las sociedades requieren cambios y medidas comunitarias. Y más arduo, implementarlas. Es muy complejo ponerse de acuerdo.

Cuando un médico le indica a su paciente enfermo que tiene que restringir algunas conductas de su vida, o modificar hábitos para curar una enfermedad o proteger su salud; el paciente puede optar libremente por seguir las indicaciones o no. En el caso de la pandemia, el problema es que de un lado están los que piensan que debe ser absolutamente individual la decisión de cuidarse o enfermarse. Y del otro lado están los que piensan que hay que tomar medidas colectivas y las justifican, puesto que las decisiones individuales en una pandemia pueden afectar a todo el conjunto de la sociedad en uno de los bienes más preciados: la vida.

También desde un punto de vista económico al Estado, o sea a todos los ciudadanos, la salud le cuesta muchos recursos. Entonces mientras más se exija al sistema de salud, más dinero tendrá que invertir el gobierno allí. Tampoco parece justo y equitativo que algunos ciudadanos actúen de forma individualista y sin conciencia comunitaria, total siempre habrá un sistema de salud para atenderse y curarse bancado por todos.

Odio: alimentado el monstruo

Tal vez la grieta se alimenta de la ignorancia. De la falta de argumentos, de pruebas, del rumor, de las fake news (noticias falsas), de las emociones más primitivas, de la generalización y de la discriminación por sólo mencionar algunas características. Asimismo entre tantas motivaciones para alimentar la disputa estéril y violenta, se les nota a los cultores de la grieta de un lado y del otro, una gran insatisfacción a nivel individual. Acaso generada por una sociedad de consumo e individualista que propone modelos ficticios e ilusorios, en consecuencia inalcanzables.

Pero hay promotores interesados de la grieta. Personas con poder que impulsan la ignorancia, a los que las redes sociales de escasos caracteres les proveen el marco adecuado para inocular el malestar. Por supuesto, sin profundizar, sin analizar, sin consultar ni debatir opiniones. La pandemia puede ser un hecho biológico inapelable, pero el malestar que se siente, la falta de acuerdos y la violencia son evitables. Siendo producto sin duda de la ignorancia que no percibe a la tolerancia, el diálogo, la libertad y la dignidad como elementos centrales de la vida humana.

El equipo SocPol del Instituto sobre Economía y Sociedad Argentina Contemporánea (IESAC) de la Universidad Nacional de Quilmes, se dedica a realizar creativas investigaciones sociales y de opinión pública. En enero de este año hicieron una encuesta sobre la percepción del odio que tienen los ciudadanos de quiénes opinan distinto en términos políticos.

Lo que primero que sorprendió a los investigadores es que predomina una visión negativa en la sociedad tanto de macristas como de kirchneristas. Ambos colectivos fueron calificados como personas que odian bastante o mucho por el 73% de los encuestados. Es decir, que de acuerdo al estudio y en proyección, se podría inferir que el 73% de la población considera que tener una pertenencia política implica odiar al otro.

El trabajo también encontró que el 100% de los macristas y también el 97% de los votantes de Macri no macristas, consideran que los kirchneristas tienen mucho o en todo caso, bastante odio.

A la inversa, el 93% de los kirchneristas y el 88% de los votantes a Alberto no kirchneristas considera que los macristas son muy o bastante odiadores. Sólo entre los “albertistas” se observa una mirada un poco más matizada, asegura el equipo responsable del trabajo.

Por último entre las personas que la encuesta logró catalogar de “apolíticos”, el 83% piensa a los kirchneristas como bastante o muy odiadores y el 73% tiene la misma imagen de los macristas. Los investigadores estiman que este grupo, en general, está más volcado hacia la centro-derecha.

Combatiendo la desinformación

El historiador y filósofo Israelí Yuval Noah Harari, es un joven e influyente intelectual consultado habitualmente por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el empresario Bill Gates y la canciller alemana, Ángela Merkel, entre otros. Hace poco concedió una entrevista al diario Página 12, donde aseguró que hay que popularizar el conocimiento científico.

Harari indicó que hacer llegar información científica precisa al mayor número de personas posible es uno de sus objetivos. Indicó que si no se hace el esfuerzo por lograrlo, se deja el terreno libre para todo tipo de ridículas teorías conspirativas. De ese modo instó a los intelectuales a tomar las teorías científicas y encontrar una manera de traducirlas en una historia accesible, sin abandonar el compromiso con los hechos fundamentales.

El filosófo también afirmó que esta crisis ha demostrado el grave peligro que supone la desunión mundial. Dijo que se han perdido muchas vidas debido a la incapacidad de los líderes mundiales para trabajar juntos.

Harari también se preocupó por la falta de sabiduría política, frente al avance científico. Reconoció que todos los grandes logros de la humanidad, no fueron el resultado de un genio individual, sino de la cooperación entre incontables extraños. Demostrar sabiduría política, remarcó, significaría actuar de manera que se maximice este poder de cooperación para el beneficio de todos.

En la entrevista el científico habló también de la crisis mundial de los nacionalismos. Aseguró que Donald Trump y Jair Bolsonaro son ejemplos de cómo muchos líderes que se presentan como patriotas son de hecho todo lo contrario. En lugar de fortalecer la unidad nacional, amplían intencionadamente las divisiones dentro de la sociedad utilizando un lenguaje incendiario y políticas divisorias.

Asimismo Harari remarcó que no hay ninguna contradicción entre nacionalismo y globalismo. Explicó que el nacionalismo no se trata de odiar a los extranjeros. El nacionalismo se trata de amar a tus compatriotas. Y reflexionó: “actualmente, hay una escasez global de tal amor”.

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