in

¿Qué significa que los acuerdos nacionales se firmen en La Rioja?

Allegados al gobernador Ricardo Quintela, sin ocultar su orgullo, en privado sostenían ayer que el presidente Alberto Fernández vino a La Rioja para “mostrarle” al país que hay argentinos y argentinas que lo “apoyan, respetan y valoran su esfuerzo”. En el mismo sentido Quintela fortaleció su condición de dirigente de rodaje nacional, como estratega promotor de la unidad, a tal punto que el Presidente decidió quedarse a descansar en la provincia hasta el lunes. Fernández acordó con los gobernadores impulsar un Shock de consumo, que en La Rioja se implementaría con un aumento de salarios a la administración pública superior al 16% ya comprometido, que podría escalarse en los últimos meses del año y complementarse con bonos anuales.

Durante algunas horas hubo reales posibilidades de que Quintela sea el Jefe de Gabinete de la Nación, pero la “mala” performance electoral de Arauco del domingo pasado, los pagos de la Vicegobernadora, ya habían dañado la expectante confianza y vínculo que los funcionarios de la Casa de Tejas tienen con Florencia López.

Por ello se encendieron las alarmas frente a la posibilidad de que López tuviera que reemplazar al primer mandatario provincial mientras este se desempeñara en la función nacional. Ante ese hipotético escenario, ni los funcionarios provinciales, ni los nacionales evaluaron la oportunidad como conveniente.

Finalmente la responsabilidad de ser el líder del gabinete Nacional recayó sobre el gobernador tucumano Juan Manzur. El jefe de Gabinete de Ministros de la Nación fue una figura creada por la reforma constitucional de 1994 con el objetivo de atenuar el sistema presidencialista.

Aquella reforma surgió del consenso de los ex presidentes Carlos Menem y Raúl Alfonsín. El recordado Pacto de Olivos, que dio legitimidad a la Constituyente, se selló en noviembre de 1993 en la quinta Presidencial.

El “Núcleo de Coincidencias Básicas” que firmaron los dos máximos líderes políticos de ese entonces, fue en algún sentido una demostración del estilo de conducción y construcción política que impulsaba el ex presidente riojano, sin necesidad de tener que enfocar aquí el debate en el aspecto puramente ideológico.

Casi 30 años pasaron de aquel hecho histórico, para que hoy –Quintela- otro dirigente justicialista riojano, lógicamente cultivando aún un perfil nacional más bajo que el del ex presidente Menem y con diferentes miradas ideológicas, pero que también emergió de bases populares donde radica la legitimación de su poder, sea el impulsor de la unidad el acuerdo y el avance.

Los datos duros de la desconfianza

“Quintela es un hombre que nunca permite que nadie vaya a hablarle mal de otro dirigente compañera o compañero. Es una ética de construcción del poder basada en la fortaleza y unidad de los equipos de trabajo, que siempre son numerosos y plurales”. Así fue definido en off el Gobernador por uno de los hombres de su confianza.

También el colaborador aseguró que nunca Quintela atacó ni atacará con la justicia o a través de la prensa a sus “circunstanciales” oponentes políticos. “No necesita dividir para gobernar, está usando otra hipótesis, la de unir para aunar fuerzas. No le fue mal. La elección en la Provincia y sobre todo en la Capital fue histórica”, apreció el mismo dirigente que integra los equipos del Gobernador desde hace más de 20 años.

Sin embargo desde el Gobierno también advirtieron “fuera de micrófono” que evalúan el nivel de ataques y “agachadas” como desproporcionado. Observaron que no se trata sólo de críticas a la gestión, en general hay agresiones organizados a la integridad, la familia y a la intimidad de Quintela, dijeron. Sin embargo aseguraron que no “duelen” tantos los trolls de la oposición como la “traición” de los aliados.

En la casa de tejas miran de reojo que el domingo pasado en Arauco sólo fue a votar el 47,69% del padrón. Una participación muy baja, teniendo en cuenta que la media de participación de la provincia fue del 62,59%. Y que en la Capital de La Rioja los votantes llegaron casi al 70% del padrón.

Esos no son todos los elementos del análisis: el total provincial de votos a los precandidatos del oficialista Frente de Todos fue del 52,42%. El radicalismo obtuvo 23,23% y el PRO 10,99%.

En Arauco el porcentaje de apoyo al oficialismo estuvo por debajo de la media provincial y el PRO obtuvo 25,28%, casi 15 puntos más que en el total provincial y casi 13 más que en Capital. También en Arauco, si se suman el PRO y el radicalismo llegan casi al 43%, el porcentaje más alto que obtuvo la oposición en la provincia y la brecha más corta con el oficialismo.

La escasa participación y los resultados son los elementos que fundamentan la desconfianza que generó en la Casa de Tejas la actitud de la Vicegobernadora, mujer fuerte de Arauco, donde gobierna su hermana Virginia López.

Y lo que aconteció el domingo en Arauco desencadenó una sucesión de hechos. Por un lado confirmó una sospecha de “desmovilización” de la elección en ese departamento, que ya se venía intuyendo en los despachos oficiales. Y cuando Quintela quedó a tiro de ser el hombre político en el gabinete de Fernández en la Nación, no pudo ser: “porque no se podían poner en riesgo todos los logros de gestión en la Provincia, que el domingo pasado recibieron el apoyo popular”, reconocieron cerca del poder provincial.

¿Cuáles fueron las causas de las derrotas y de los triunfos a la vez?

Hubo una derrota a nivel nacional, pero en un puñado de provincias ganó el Frente de Todos. Entre ellas en La Rioja que fue donde el oficialismo nacional y provincial obtuvo el mejor resultado. Se podría afirmar que las mismas causas en algunos casos generaron triunfos y en otros derrotas.

Puede parecer una contradicción, pero sin embrago también se puede reflexionar, que en algunos distritos hubo argentinos y argentinas que se sintieron beneficiados mayoritariamente, con las políticas de cuidado frente a la pandemia y con el impulso que generaron esos gobiernos provinciales para salir de la crisis económica provocada a raíz de los confinamientos, para proteger la salud de la población. Este fue el caso de La Rioja.

Alicia Bárcena es desde el 2008 la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), una de las 5 comisiones de las Naciones Unidas (ONU). Bárcena que es bióloga y diplomática mexicana, disertó recientemente en el Curso “Estado, política y democracia en América Latina”, donde plasmó fundamentadas consideraciones sobre el impacto de la pandemia en los países de la región.

En un resumen de la ponencia que publicó el diario Página 12, se observa como la investigadora identificó cinco grandes desafíos políticos para Latinoamérica, donde se puede de algún modo inferir estas causas de la derrota y el triunfo a la vez, y del mismo modo pensar los retos para la dirigencia en el corto plazo.

Primero, Bárcena destacó: “(que esta es) la peor crisis con efectos socioeconómicos y políticos de gran trascendencia, que va a durar más de lo que habíamos previsto. Esto está creando una enorme incertidumbre, desencanto y desesperanza en la gente”.

En segundo lugar la investigadora manifestó: “el rol del Estado ha sido fuerte frente a la emergencia y la recuperación, pero ha presentado limitaciones que han abierto brechas en su respuesta y ha faltado, en algunos casos, un acercamiento con la ciudadanía. Los Estados se habían ido desmantelando en la década anterior y ahora vemos los resultados”.

Como tercer punto Bárcena anticipó: “el desempeño de los gobiernos va a ser evaluado por muchos actores y sus decisiones e insuficiencias van a ser percibidas en el contexto de un clima político complejo y de una gobernabilidad difícil en la reconstrucción pospandemia”.

El cuarto desafío lo expreso así: “la transición y la recuperación requerirán pactos políticos y sociales de largo alcance que deberán ser construidos entre muchos actores mediante diálogos y liderazgos transformadores. Será necesario avanzar hacia consensos para universalizar la protección social y la salud. Debemos reorientar el paradigma de desarrollo neoliberal, yendo hacia políticas fiscales mucho más redistributivas y con sinergias con políticas industriales, ambientales y sociales”.

Finalmente el quinto apartado para Bárcena está centrado en la solidaridad regional e internacional: “Tenemos que cerrar estas asimetrías globales, pero, a la vez, tenemos que procurar una voz única en nuestra región. Esta desintegración y fragmentación política a la que hemos estado expuestos no puede continuar. Somos una región que requiere no ser dividida para poder vencer. Necesitamos unirnos para garantizar, por lo menos, la salud universal, las vacunas, la seguridad climática, la paz y la estabilidad financiera”.

“La Voz Argentina”: Francisco Benítez se impuso a Luz Gaggi y se convirtió en el gran ganador

AJALaR apoya a equipos de veteranos