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Islas Malvinas: «No estamos hablando nada más de un romanticismo de recuperarlas, es netamente la economía y el futuro de nuestras hijas e hijos»

Tras el anuncio del canciller Santiago Cafiero de finalización del acuerdo Foradori-Duncan, el director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico, Edgardo Esteban, repasó los puntos que proponía ese tratado y las circunstancias en las que se firmó

Con la confirmación del canciller Santiago Cafiero de finalización del acuerdo “Foradori-Duncan” con el Reino Unido, Argentina dio un cierre a un episodio nefasto de la diplomacia local, que lesionaba la soberanía y dilapidaba gran parte del trabajo histórico sobre la cuestión de las Islas Malvinas.

Cabe recordar entonces los puntos principales del acuerdo, las circunstancias en los que se firmó, durante la polémica reunión en la bodega de la embajada británica en Buenos Aires, entre otros aspectos.

En diálogo con Medios Provincia, el director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico, Edgardo Esteban, indicó: «Con este acuerdo Argentina no tiene ningún beneficio. Hace poco tiempo atrás el vicecanciller británico, Alan Duncan, sacó un libro contando que estaba totalmente ebrio el vicecanciller argentino. Creo que esa era la única forma de leer y firmar ese acuerdo».

«Es algo que fue acompañado hasta hace pocos días por quien fue el canciller argentino, Jorge Marcelo Faurie, y me parece increíble que justifique», añadió.

Seguidamente, remarcó: «No son solo dos islitas. Los británicos pretenden tener como parte de su control más de 5 millones de kilómetros cuadrados de nuestra plataforma maritima continental. Se llevaron 187 mil millones de dólares de regalías pesqueras».

«No estamos hablando nada más de un pasado, de un romanticismo de recuperar las islas, es netamente la economía y el futuro de nuestras hijas e hijos

Pacto Foradori-Duncan: cómo se firmó el polémico acuerdo

“A medida que una botella tras otra iba pasando de la pared de la bodega a la mesa, las negociaciones mejoraban”. Así relató Alan Duncan, exviceministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, la secuencia en la que mantuvo una reunión con su par de Argentina, Carlos Foradori, en la embajada británica en Buenos Aires.

El relato fue en una entrevista a medios locales el año pasado, donde detalló como se concretó el encuentro que en 2016 dio origen al acuerdo entre ambos países.

El exfuncionario británico contó que al llegar a Buenos Aires, estuvo en la bodega de la embajada del Reino Unido reunido con Foradori, y que estaba “tan borracho” que olvidó lo que había acordado cuando se despertó a la mañana siguiente.

El exviceministro de Relaciones Exteriores argentino desmintió a Declasiffied, el medio que publicó la noticia, que haya estado ebrio al momento de sellar el acuerdo crucial para ambos países, sobre un asunto tan sensible como Malvinas.

Los detalles del pacto

El acuerdo, conocido como el pacto “Foradori-Duncan”, fue acordado en el 2016. En el detalle de la letra, Argentina se disponía a garantizar varias cuestiones al Reino Unido, como la remoción de todos los obstáculos para el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas.

El documento realizaba concesiones a los intereses británicos respecto de la explotación de los recursos naturales argentinos en la región y retrocedía notablemente en el justo reclamo por soberanía.

El artilugio de la diplomacia argentina del gobierno de Mauricio Macri fue adoptar la forma de “comunicado conjunto”, lo que implicaba evitar cumplir con la obligación constitucional de someter a la aprobación del Congreso Nacional los acuerdos internacionales que suscribe el Poder Ejecutivo.

La letra chica del gobierno del Reino Unido

La declaración adopta las dos principales demandas británicas que la primera ministra Theresa May le había realizado al presidente Macri en una carta que le había enviado breve tiempo atrás: Remoción de obstáculos para explotación de recursos y vuelos al continente.

En términos de recursos naturales, el comunicado expresaba que se acordó “remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas”.

En cuanto a los vuelos, el comunicado detallaba que las partes “acordaron que serían establecidas conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países”.

Ninguno de los históricos reclamos argentinos estuvo presente en el texto, como así tampoco menciona la base militar que existe en la zona de paz y cooperación del Atlántico Sur.

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